El Problema Histórico de la Francmasonería Femenina

La mujer y Ia francmasonería en México siglo XIX

El Problema Histórico de la Francmasonería Femenina

Las corporaciones de constructores, que agrupaban diversos oficios afines; estaban integradas, en Ia gran mayoría de los casos, por hombres. Sin embargo, existen también numerosos ejemplos de Ia presencia de mujeres en estas organizaciones. En el el siglo XIII, era aceptada Ia pertenencia de mujeres a las cofradías profesionales; como es el caso de las hilanderas, integradas exclusivamente por mujeres; o incluso en profesiones identificadas en aquella época por hombres; como La Guilda (corporación) inglesa de los Carpinteros de Norwich 1375, a Ia que pertenecían los albañiles de York; se hacía mención a la pertenencia de «hermanos» y «hermanas».

Entre los constructores de catedrales, es muy significativo el caso de Sabine de Pierrefonds; hija de Hervé de Pierrefonds, más conocido por su nombre germánico de Erwin de Steinbach, constructor principal de Ia Catedral de Estrasburgo. Sabine esculpió algunas de las notables estatuas de Notre Dame de París, y fue una Maestra de Obra, que formó aprendices en su oficio. No es difícil imaginar, que no fuera la única mujer en ser Maestra del Oficio. En los archivos de Ia Logia de York N° 236; que perteneció a Ia antigua Gran Logia de toda Inglaterra; existe un manuscrito ritual de 1693 que, refiriéndose al momento de Ia recepción en la Logia, dice: “Uno de los antiguos toma el Libro, y aquel o aquella que debe ser hecho masón, posa las manos sobre el Libro, y le son dadas las instrucciones.»1

La masonería especulativa

Al surgir la masonería especulativa o moderna, en el siglo XVIII; el papel de la mujer en la sociedad, no era considerado relevante y su función se constreñida a oficios de bajo nivel o el hogar. La Orden en sus inicios estaba reservada al género masculino; no podemos olvidar que en su “etapa británica”; había en ella una cierta dosis de “club de caballeros” (en inglés: Gentlemen’s club); un tipo de club privado, abierto sólo a sus miembros, inicialmente de clase alta; que apareció en Gran Bretaña durante el siglo XVIII y se popularizó entre la clase media alta a finales del siglo XIX. 

Originalmente la Gran Logia de Inglaterra, bajo el influjo del Pastor Anderson; imbuido en las tradiciones sacerdotales bíblicas, prohibió a las mujeres el derecho a la iniciación; en efecto, al tenor de las Constituciones de 1723 que llevan su nombre; era necesario ser “hombre libre y de buenas costumbres”; en esa época las mujeres vivían bajo la tutela masculina, sus derechos de libertad mostraban restricciones, para los efectos legales de la Orden no tenían el estatus necesario.

«… Las personas admitidas como miembros de una Logia, deben ser hombres de bien, leales, nacidos libres, de edad madura y circunspectos; ni siervos, ni mujeres, ni Hombres sin moralidad o de conducta escandalosa, sino de buena reputación…»

No obstante, a principios del siglo XVIII; y merced a un creciente proceso de autoconstrucción de la Masonería Continental (que tiene notas propias, e incluso revisionistas, respecto de la Masonería Británica); se establecieron en Francia varias Sociedades Secretas que trataron de imitar a la masonería; al menos, en su forma exterior, mismas que establecieron la admisión de las mujeres. (Entre dichas Sociedades podemos citar la de Cagliostro y “La masonería egipcíaca”, que aún existe.

La masonería de adopción

Es imprescindible aclarar al respecto; el estatus jurídico del término “Adopción”, merced al cual se trata de una masonería no independiente, sino necesariamente afiliada a una Logia masónica masculina; en tanto que sus integrantes necesariamente debían estar vinculadas a parientes masones para poder ser admitidas.

A partir de 1775, se establecieron varias logias de Adopción. La más famosa fue “La Candeur”; en ella se admitió a burguesas como la señora Helvetius, mujer de gran cultura y espíritu abierto; y a miembros de la aristocracia: la Princesa de Lamballe, la Duquesa de Chartres (cuyo marido, era Felipe de Orleans; el futuro Philippe Egalité, Gran Maestre de la Orden) y un gran número de damas de la Corte. La Duquesa de Borbón, prima del Rey y madre del Duque de Enghien, llegó a ser la Gran Maestra de la Francmasonería de Adopción. En 1778, Voltaire le envía versos a “la gloria del Templo”. 

Con los horrores de “la Revolución” desaparecen las Logias de Adopción y sus miembros fueron esparcidos por la emigración, el encarcelamiento o la acción política. 

Bajo el Imperio Napoleónico, renacen las Logias de Adopción, y por ende, la emperatriz Josefina, llegó a ocupar el honroso cargo de Gran Maestra; si bien durante un corto tiempo.

En los años subsecuentes, las Logias de Adopción tienden a su desaparición o subsisten con escasa membresía; y no es sino hasta el último tercio del siglo XIX en que la masonería femenina recobra el impulso anterior.

La masonería de adopción, contempla dentro del rito para damas, y en su composición los grados siguientes; según el sistema francés y escocés: aprendiza, Compañera, Maestra Perfecta y Soberana llustre escocesa. Según el sistema ritual, Ia masonería de adopción consta de los siguientes grados: Aprendiza, Velada, maestra perfecta y Sublime Elegida.

El Rito de Adopción, es un rito masónico inventado ex profes por varones para las mujeres; y vinculado siempre a logias masculinas; Andre Cassard en el II tomo de su manual de masonería da todos los pormenores de los rituales y tratamientos de las logias de adopción. La masonería de adopción en México, solo ha existido en los Estados del sur del país, principalmente en Chiapa; con rituales completos, propios de su organización, pero diferentes a Ia masonería de adopción que se promovió en Europa y Norteamérica. Sus cuerpos son denominados «Centros Paramasónicos Femeninos» y como tales están circunscritos al régimen de las logias masculinas que los patrocinan.

Este fenómeno es observable a lo largo de la masonería continental europea; así se observa en España, para los años 1874-80, un resurgimiento de la masonería, especialmente a causa de la influencia de la Primera República Española. La mujer de esas latitudes, solicita su ingreso en la masonería y florecen de nueva cuenta las Logias de Adopción; las cuales siguen, generalmente, los rituales, usos y costumbres franceses del siglo XVIII.

Bajo tal escenario; durante la vida de muchas de las mujeres de la independencia; que se presume, fueron masonas como, Leona Vicario; no podemos afirmar, por falta de datos, que prueben, que la Masonería de Adopción, se hubiere implantado en la Nueva España.

Por ende, partiremos de los datos que tenemos por demostrados, especialmente a la luz de las investigaciones recientes.

Mujeres y masonería durante la guerra de independencia

Mujeres valientes, e inteligentes, que pertenecieron a las clases privilegiadas de Ia Nueva España; a finales del siglo XIX, algunas mujeres, se involucraron en la insurgencia y acogieron en sus hogares, a los conspiradores; veían la oportunidad de una nueva nación; propiciando Ia reunión de tertulias y jornadas literarias entre otras; dentro de las cuales se conspiraba. Incluso no dudaron en comprometer su seguridad personal, su fortuna y hasta su vida para ayudar a Ia causa de Ia libertad; como ejemplo, de damas sobresalientes; tanto por su participación o por que fueron personas que estaban de forma más cercana al círculo que tomó las decisiones sustantivas; o, eran las más reconocidas, tales son los casos de las liberales o independentistas que conocemos

Las reuniones y tertulias

Fué en estos círculos literarios y tertulias, donde se encuentran los antecedentes de Ia masoneria en Mexico; autoproclamadas, muchas de ellas, «Sociedades de pensamiento»; que se fundaron a fines del siglo XVIII, tanto en España como en algunas de las colonias de ultramar; a las que pertenecieron varios mexicanos que después se afiliaron a Ia Masoneria. Tal vez era de esta naturaleza una logia que funcionaba a principios del siglo XIX; en Ia casa del regidor del Ayuntamiento, Manuel Cuevas Moreno de Monroy Guerrero y Luyando; en Ia calle de las Ratas, hoy 7a de Bolívar; a ella pertenecieron, Primo de Verdad y Ramos y don Miguel Domínguez, corregidor de Querétaro. Afirma José Ma. Mateos, que a esta logia se afilió el cura Hidalgo; pero no hay más constancia histórica de este hecho. Otra sociedad de pensamiento fundada, en México en 1808, fue Ia Sociedad de los Guadalupes, con sedes en México y Puebla. Otras fueron Ia Sociedad de los Caballeros Racionales, fundada en Jalapa en 1810, y Ia de San Juan, fundada en Mérida en 1812.4

De entre las mujeres de esa época, destacan por su valentía y fe en sus ideales; siendo recordadas en letras de oro, en el recinto legislativo de la cámara de diputados de México; damos una reseña biográfica de dos de las más sobresalientes.

Mariana Rodríguez del Toro se casó con Don Miguel Lazarin; un hombre de 50 años, cuando ella aún contaba con 20; Ia fortuna del matrimonio era considerable, ya que poseían Ia mina mas rica de Ia Nueva España «La Valenciana»; situada en el Estado de Guanajuato, y de Ia cual Don Miguel poseía una parte. Es de suponerse, que Don Miguel, pertenecía a una de esas sociedades; en las que se discutía los aconteceres de España, con los problemas que tenía Fernando VII con los franceses. El desacuerdo generalizado de seguir pagando impuestos a un gobierno ilegítimo, más algunos otros asuntos del movimiento independentista; llevo a don Miguel y su esposa a tomar el levantamiento de Don Miguel Hidalgo, como su causa; dando apoyo para la insurgencia, y difundiendo el ideario con discreción; las batallas ganadas les causaron gran ánimo y ante las pérdidas de combates, que con el General callejas se tuvieron, víno el desánimo; Mariana al saber Ia derrota del cura Hidalgo , arengó y motivó a los asistentes de las reuniones “¿Que es esto, señores?, ¿Ya no hay hombres en América? Sería una vergüenza, que porque ha faltado Hidalgo, no haya otros americanos que lo sigan y continúen su gran obra»; y a la pregunta de Ia concurrencia de qué hacer, conmino a liberar a los presos y capturar al Virrey.

En 1811 los conspiradores fueron aprehendidos: Mariana y Don Miguel fueron acusados de alta traición; fueron encarcelados y liberados en 1821; Doña Mariana muy mermada de salud muere ese mismo año sin ver el éxito del movimiento por el cual había luchado. Don Miguel y Doña Mariana pertenecieron a Ia sociedad de los guadalupes. Por ello, merece ser incluida como una de las mujeres sobresalientes del movimiento libertario. Hoy, a pesar de que una pequeña calle del Centro Histórico de Ia Ciudad de México que lleva su nombre; además de haberse incluído con letras de oro en el Congreso de Ia Unión; sus hechos casi han sido olvidados de las historias que se escriben en torno a Ia independencia de México 6.

Maria de Ia Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador

Una vida llena de pasión libertaria, abarca diferentes facetas. No le gustaba que le digan Camila; establece una lucha ideológica y política; Huérfana, de clase acomodada, hija de peninsular y criolla; de familia de gran abolengo, entendía el francés, el latín; su rebeldía e irreverencia, la llevan muy pronto a formar parte de los grupos de las sociedades discretas; donde se discuten los problemas de Ia Nueva Espana, y los problemas de Ia ocupación francesa. Pronto se ocupa de establecer una red de comunicación eficiente que sirve como correo; dando nombre a los destinatarios y emisores en clave, utilizando nombre griegos y Latinos. Durante esas actividades, conoce al pasante de derecho Andrés Quintana Roo; rompe su compromiso matrimonial, y establece una relación con Andrés, que los acompañará toda su vida. 

La Logia “Arquitectura Moral” (situada en la hoy calle de Bolívar) ya funcionaba regularmente en el año 1806. En esta Logia, trabajaban diversos hermanos implicados en el movimiento de Independencia; con los que Leona tuvo estrecha relación, e incluso la liberaron cuando fue encarcelada en el Colegio de Belén de las Mochas. Esta Logia dio origen a dos grupos o sociedades primero, “El águila”, que más tarde se transformó en “Los Guadalupes”. Está demostrado que leona formaba parte de ésta última.

Con arreglo a lo anterior, no cabe duda que Leona tenía relaciones nada superficiales con notables integrantes de la Orden; participaba de su ideario y planes de acción.

En esa época proliferan tertulias, y reuniones destinadas a tratar asuntos relacionados con la Independencia, y a tales eventos asistía Leona; ella confiesa en su proceso que asistía, entre otros eventos a “las jamaicadas”; tertulias en las cuales se tomaban aguas frescas, y que servían de pretexto para tratar asuntos más allá de la mera sociabilidad.

Leona tenía una educación por demás esmerada, con arreglo a lo expuesto por Genaro García, en su obra “Leona Vicario. Heroína Insurgente” (1910) era afecta a leer textos de política; se refiere que gustaba de leer, entre otros a Fenelón.

Así la pregunta clave es: hasta dónde Leona practicó la Masonería, y a través de quien fue introducida en ello; al respecto hay varios hechos demostrados; Tenía relación con varios miembros de “Arquitectura Moral”, en especial con Andrés Quintana Roo; ampliamente conocido por ser masón; quien pasado el tiempo, sería su marido. Entre la correspondencia incautada por la Junta de Seguridad; que dio lugar a la detención y proceso; fueron incautados documentos que la misma Leona reconoció como de su autoría, en los cuales empleaba lenguaje cifrado similar al de la Orden. La respuesta generalmente aceptada es que se han distinguido tres tipos de sociedades:

a.) La Masonería.

b.) Las sociedades paramasónicas.

c.) Las sociedades patrióticas.

Al respecto, es imprescindible señalar que la Sociedad de los Guadalupes; operaba a la manera de los carbonarios y tenía modos de reconocimiento, pseudónimos, palabras especiales de identificación.

Podemos entender que para toda sociedad conspiratoria; por razones obvias, y máxime cuando participa en algún movimiento revolucionario (tal y como lo fue la Independencia) puede emplear formas para mantener su clandestinidad; empero todo nos lleva a pensar en la posibilidad de que Los Guadalupes, tuvieran además ritos secretos, al menos para juramentar a sus integrantes. (Esto data de los usos de la época; pensemos simplemente en que Juan Pablo Duarte y “los trinitarios” hicieron algo similar, para la independencia de la Dominicana).

María Leona, no era de mera “infantería”, ocupó una posición de privilegio, no sólo por su situación económica, sino por su amplia y refinada educación; además era una de las ideólogas del movimiento.

Por si ello no bastara, el que luego fue su marido, Andrés Quintana Roo, fue uno de los más destacados participantes intelectuales de la Independencia; su padre se integró a un grupo denominado “los Sanjuanistas”; –nótese la clara referencia a la Masonería de San Juan– que operaba en Yucatán el año de 1802; el grupo de los Sanjuanistas, fue fundado por Pablo Moreno, filósofo yucateco y el capellán José María Velázquez; a este grupo se integran notables personajes como el padre de Andrés Quintana Roo y Lorenzo de Zavala; el grupo abogaba por la supresión del servilismo indígena, las obvenciones parroquiales y a los privilegios a la Corona Española. De manera casi inmediata surgió en la península un grupo opuesto a los sanjuanistas llamado “los rutineros”.

Bajo el tenor expuesto, es indudable que Quintana Roo tenía por línea paterna formación masónica; sin duda la debió haber transmitido a Leona –aun cuando formalmente no la hubiera iniciado–.

Es necesario señalar al respecto, que dentro de la Masonería hay usos y costumbres; que de forma permisiva aunque no regular, permiten transmitir enseñanzas de la Orden a la cónyuge; aun cuando no se trate del Rito de Adopción Francés al que nos hemos referido líneas atrás; entre la Masonería de los EEUU, existe una forma de “adopción” que es transmitida a la cónyuge bajo el ritual de “Las heroínas de Jericó”; que permite a las damas una notable participación y el auxilio masónico.

No tenemos datos respecto de sí a la masonería de esa época llegaron propiamente los rituales de adopción franceses; o si la línea fue a través de los EEUU; lo que sí es cierto, –y sin conjetura o especulación– es que los masones de la época, practicaron algo similar a través de los Guadalupes; en ello fue partícipe María Leona, en ello no hay duda.

Por otra parte, el extraordinario rescate de Leona en el colegio de Belén de las Mochas; fue a cargo de masones de la Logia Arquitectura Moral; en ello hemos de observar, un ejemplo no sólo de auxilio masónico, sino un reconocimiento a la labor que Leona desempeñaba; pues fue motor principal del movimiento en la ciudad de México.

Aunado a lo expuesto su marido, fue uno de los próceres de la Independencia de México. Miembro del Congreso de Chilpancingo, presidió la Asamblea Constituyente que formuló la declaración de Independencia (1813).

Ello explica que esta pareja de patriotas brilló por méritos propios en la Historia de México; el reconocimiento que ambos recibieron de Morelos y de Rayón.

Ambos estuvieron afiliados a la Orden y lucharon por la causa de la Humanidad.

Un reconocimiento a las aportaciones que hizo Leona Vicario lo hace Ignacio Rayón de Ia siguiente forma; “…a quien no eran extranjeras las noticias de usted, ni lo mucho que le debe la patria, por haber sacrificado; por Ia libertad de ella, su rico patrimonio y su suelo natal; exponiéndose a las persecuciones, a los viajes por los caminos dilatados y penosos; a Ia miserias que se padecen en ellos y en otros ponderables trabajos; con una constancia que debe servir de modelo, no solo a las personas del sexo de usted, sino a los varones más esforzados…”

María Josefa Crescencia Ortiz y Téllez Girón “La Corregidora”

Su condición económica, y social Ia marcan de por vida, de familia sumamente pobre, aparte de quedarse huérfana, vive una niñez llena de precariedad y subsiste en el Colegio de San Ignacio (Las Vizcaínas), gracias a los esfuerzos de su media hermana. era relegada, por las alumnas de origen peninsular, pues su padre era criollo hijo de españoles navarros, su madre tenía sangre morisca es decir era hija de español y negro. Teniendo 18 años de edad, conoce a Don miguel iturriaga con quien establece de inicio una relación de amistad, Don Miguel cuenta en ese entonces con 37 años de edad y es viudo con dos hijas, no se casa con ella, pero tienen ya dos hijos, pronto se da una relación más formal y contraen matrimonio.

En 1808 Don Miguel de Iturriaga es nombrado Corregidor de Querétaro, también es considerado uno de los primeros masones inscritos en Ia misma logia que Primo de Verdad y en Ia Nueva Espana, eso daba pauta para que en su casa en México se reunieron grandes intelectuales y miembros de las sociedades para dar paso a los pensamientos de organización social en torno al Virrey Iturrigaray en Ia búsqueda de un gobierno autónomo so excusa de Ia invasión francesa con su traslado se encuentra con nuevos contactos entre ellos los provenientes de Valladolid, Allende Hidalgo Aldama etc.. las reuniones que se realizaban tanto en Ciudad de México como en Querétaro tenían que ser discretas, disfrazadas de tertulias y reuniones en círculos literarios, a todo eso Doña Josefa no era ajena, incluso se convirtió en Ia promotora de dichas reuniones.

Ya programado el levantamiento para el primero de octubre de 1810, es descubierta Ia conspiración, Don Miguel el corregidor Ia conmina a guardar silencio, pero ella considera que se ha trabajado mucho por el movimiento y toma la decisión de avisar a todos los involucrados para que adelanten el levantamiento Don Miguel Ia recluye en una de las recamaras, y ella se las arregla para llamar Ia atención de el alcaide Ignacio Pérez, también involucrado en el movimiento quien alcanza avisar a Aldama e Hidalgo de Ia situación. Don miguel fue detenido y confinado en el convento de Ia Cruz y Doña Josefa en el convento de Santa Clara, en octubre de 1810 sale libre Don Miguel y aboga por Doña Josefa que estaba por dar a luz,  Doña Josefa continúa apoyando la causa independentista aún sin contar con la anuencia de Don Miguel, y nuevamente es detenida y enclaustrada en el convento de Santa Teresa la Antigua en 1814. De este convento salió en mayo de 1815, gracias a Ia intervención de Don Miguel, ]osefa fue nuevamente detenida y trasladada en junio de 181 5 a Ia Ciudad de México y enclaustrada en el convento de Santa Catalina de Siena, de donde salió en junio de 1817 ajustándose al indulto otorgado por el Virrey de Apodaca, nuevamente gracias a los oficios Don Miguel.  

Fueron muchas las mujeres que intervinieron en el movimiento de independencia algunas se conocen como masonas como es el caso de las que se mencionaron, pero otras participaban en las sociedades de los guadalupes, yorkinos y liberales tales nombres son: Maria Luisa Camba, La Fernandita, Helene La Mar, Manuela Garcia Villasenor, Rafaela Lopez Aguado Rayon, (8)

El auge de la masonería al consumarse la independencia

Recién consumada la independencia de México, en 1821, Ia sociedad mexicana enfrenta el debate político fundamental de su historia: es decir si el nuevo país se constituye en una república centralista o en una federalista: Ia masoneria desempeña, desde entonces, un papel crucial en Ia historia mexicana; el llamado »Rito Escocés», integrado por españoles peninsulares y algunos criollos deseosos de mantener los privilegios virreinales, se pronuncia por un esquema de organización política centralista. Los mestizos Ia clase social emergente – decide luchar por un modelo de de república federal y se agrupan en el «rito de york». Ambos sistemas de masonería se convierten en auténticos partidos políticos y según cuenta don José María Mateos en su Historia de Ia masoneria en Mexico; 1806- 1884, pronto las logias dejaron de ser tales y se convirtieron en camarillas de poder y de influencia, los rituales y el simbolismo masónico desaparecieron para constituirse en auténticos partidos políticos en lo que ser escocés significaba ser centralista, y ser yorkino, federalista.

Las primeras logias femeninas

A finales del siglo XIX, bajo el amparo de Ia Gran Dieta Simbólica de México, fueron fundadas dos logias femeninas llamadas «Maria Alarcon de Mateos» N° 27 (fundada antes de 1890) y «Josefa C. de Cantón» (fundada en 1891 ), que sesionaba en el Distrito Federal y en Laredo, Tamaulipas. Estas logias femeninas se disolvieron en el afio de 1897. Ambas trabajaban en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Si bien eran autónomas en su régimen interno, estaban sometidas al gobierno de Ia Gran Dieta Simbólica, en especial a su promotor, Ermilo G. Cantón, quien al haberse rebelado e independizado del Supremo consejo de la República Mexicana y ser sancionado por ello, puso en entredicho su autoridad para crear estas logias por lo que se vio obligado a disolver las logias femeninas.

Bibliografía 

Frau, A. Lorenzo.- DICCIONARIO ENCICLOPEDICO ABREVIADO DE LA MASONERÍA. Compañia general de ediciones, S. A. México / Colección de Ideas, Letras y Vida 1955

http://www2.uad.mxluehs/mapa/Masoneria.htm

http://www.freemasons-freemasonry.com/benito Juarez masoneria.html

http://es.wikipedia.org/wiki/JuanwVicentewdewG%Cl%BCemes

Del Palacio, C. Adictas a la insurgencia, las mujeres de Ia guerra de

independencia, Ed. pun to de lectura, Mexico D, F. 2010

Atala A. – “Leona Vicario, Charlas de café” Ed. Drokerz impresiones, México D. F. marzo del 2010

González, A. “Josefa Ortiz de Domínguez” charlas de café, Ed. Drokerz impresiones, México D. F. marzo del 2010

Roberto Casamadrid, academia de historia de la francmasonería, apuntes históricos sobre Leona Vicario “El problema histórico de la masonería femenina”
https://www.facebook.com/AcademiaMasoneria/

2 comentarios en “La mujer y Ia francmasonería en México siglo XIX”

    1. Por mera discreción que nuestros antiguos preceptos nos imponen. Los masones tratamos de ser discretos con respecto a nuestra pertenencia a la órden, pues esto afecta en algunas circunstancias sociales, espero que comprenda además que está trabajo no es más que un compendio de datos que únicamente busca dejar claro el punto de la participación de la mujer en el siglo XIX, hoy nuestro Supremo Coonsejo y la Gran Logia le da el mismo valor y participación dentro de la órden, hombres y mujeres tienen los mismos derechos y obligaciones.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *